PRETENDEMOS LA EDUCACIÓN INTEGRAL DE LA PERSONA DESDE LA PERSPECTIVA DE UN HUMANISMO CRISTIANO QUE FAVOREZCA SU CRECIMIENTO Y MADUREZ EN TODAS SUS DIMENSIONES.

Este concepto de educación está en consonancia con el Pensamiento Educativo de las Hijas de Cristo Rey que recoge las ideas que D. José Gras expresó a lo largo de su vida:

  • La Educación es una segunda creación y un apostolado: la educación imita la obra creadora de Dios cuando ayuda al educando a crear su propia personalidad, contribuye a formar su carácter y a perfeccionarse. Además contiene un anuncio del Reino y de la Salvación en Jesucristo que comporta un testimonio de vida.
  • La Educación es necesaria al hombre por su naturaleza intelectual, que necesita conocer la verdad, y por su naturaleza moral que necesita alcanzar el bien.
  • La Educación constituye un bien para la sociedad que necesita solucionar sus crisis, tiene entonces una función social.

Nuestra educación, por tanto, basada en los ejemplos de Cristo, guiada por las enseñanzas de la Iglesia y desde la reflexión sobre nuestra sociedad, debe promover:

  1. Una visión espiritual frente al materialismo.
  2. Una austeridad frente al consumismo.
  3. Una preocupación por los demás, como hijos de Dios, frente al egoísmo.
  4. Una libertad interior frente a una sociedad que tiene el poder de manipular.

Por todo ello, nuestro Centro es un Centro de Iglesia que inspira su acción educativa en una concepción cristiana del hombre, de la vida y del mundo y a través de ella:

  1. Promueve la formación integral de los alumnos.
  2. Imparte una enseñanza religiosa que se adecua a las orientaciones de la Iglesia Católica.
  3. Lleva a cabo la celebración de la fe en un marco de respeto y libertad.
  4. Motiva para una síntesis entre fe, cultura y vida.
  5. Crea un ambiente que propicia y testimonia la acción evangelizadora de los creyentes.

Nuestro Centro es un Centro abierto a todos y al servicio de la sociedad:

  1. Que da respuesta al deseo de educación cristiana que manifiestan muchas familias.
  2. Que se ofrece a la sociedad como una comunidad donde todos pueden dialogar, escuchar y ser escuchados.
  3. Que inserta su acción en la realidad de su entorno.

Nuestro Centro pretende la formación integral de la persona desde la perspectiva de un humanismo cristiano que favorezca su crecimiento y madurez en todas sus dimensiones.

Esto implica una consideración del hombre como:

  1. Señor del mundo e hijo de Dios: su dignidad como persona merece todo respeto.
  2. Tiene derecho al desarrollo de su dimensión tanto espiritual como corporal.
  3. Es un ser social, por eso se debe a la justicia, a la solidaridad y a la fraternidad con los demás hombres.
  4. Vive en una sociedad pluralista y cambiante y por ello ha de permanecer arraigado en la familia y en su cultura.

Por este motivo nuestro Centro opta por una educación en la fe y una formación abierta a la trascendencia con una referencia explícita a algunos valores que ayudan a dar una visión del mundo coherente con la fe.

Los valores y actitudes que potenciamos son:

  1. Respeto a los derechos y libertades de la persona y fomento de los deberes sociales.
  2. Solidaridad entre los miembros de la Comunidad Educativa.
  3. Responsabilidad personal y colectiva ante las injusticias a favor de un mundo más humano.
  4. Honradez personal, sinceridad, cumplimiento del deber y sentido cristiano del trabajo y el espíritu de sacrificio.
  5. La libertad frente a la opresión, con un espíritu dialogante y ajeno a toda forma de violencia.
  6. Respeto a la libertad de los demás, aceptando el pluralismo de la sociedad.
  7. Visión positiva del hombre y del acontecer humano motivando la esperanza y la alegría entre educadores y alumnos.

Por todo esto las actitudes que caracterizan y fomentan los Educadores de los Centros de Hijas de Cristo Rey son:

  • Amor que genera verdad.
  • Actitud acogedora y sencilla, que favorece la confianza en un clima de familia.
  • Una visión optimista de las realidades de la vida.
  • Alegría serena.
  • Respeto y aceptación de la persona.
  • Apertura a las necesidades del mundo.
  • Un sistema preventivo que evite la falta.
  • Valoración del esfuerzo en el trabajo.
  • Fomento de la responsabilidad.