Era el año 1918. Tenía ochenta y cuatro años y los achaques propios de la edad, pero aún se levantaba y paseaba por la casa.
Una semana antes de morir, cuenta la carta escrita comunicando al Instituto su fallecimiento, “estaba mejor que nunca… Confesó, Comulgó y oyó Misa … “ ( Carta 13-7-1918, Arch. H.C.R. DM) A los pocos días se sintió mal y ya no se levantó más.

Y es momento, a lo largo de estos 12 meses, de celebrar el centenario de la muerte de nuestro fundador José Gras. Y queremos haceros partícipes, a través de las REDES SOCIALES,  de todas las actividades que se hagan en torno a su figura, compartiremos recuerdos suyos, vivencias, vídeos, etc.

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